Partido vibrante el protagonizado entre el Entreparéntesis Fútbol Sala Talavera y el Renacer Argamasilla para cerrar la primera vuelta de competición en esta Primera Autonómica Preferente y que se resolvió para los de Ángel Rivas ‘Lillo’ por un marcador final de 8-5.
Un total de 13 goles fueron los que se anotaron, pero lo cierto es que también éstos tardaron mucho en llegar. El primero de los mismos, pasado el ecuador de la primera mitad, lo convertía Jorge Moreno para el 1-0 y minutos más tarde haría Alberto en 2-0 en un tanto con cierta carambola que antes de alojarse en el fondo de las mallas pegó en los dos palos.
Parecía que con el 2-0 nos íbamos a ir al descanso, sin embargo segundos antes de llegar el mismo se producía el 2-1 tras superar Abel José a Rachid con su remate, yéndonos de esta manera con ventaja mínima para los locales al tiempo de descanso.
El inicio de segundo acto no pudo ser peor para los intereses locales. Y es que Renacer Argamasilla no sólo le dio la vuelta al encuentro con el 2-3 (Alberto y Valverde), sino que incluso los talaveranos perdieron por el camino a Rachid tras ver el meta su segunda amarilla, siendo reemplazado en el marco por Aitor.
Restaban ocho minutos para el final y con el tanto de Alberto (3-3) el choque entró en una fase de locura donde Brayan conseguía el 4-3 pero poco después Josete conseguía neutralizar la renta para el 4-4 que dejaba el partido totalmente abierto.
Pudo caer el gol de cualquier lado en los minutos venideros y lo hizo de nuevo para los locales, esta vez gracias al acierto de Hugo Villa (5-4). Por desgracia poco duró la alegría a los cerámicos, quienes vieron cómo Josete acertaba para el 5-5 tras convertir un penalti un tanto dudoso por mano y con posible falta previa sobre un jugador cerámico.
Restaban apenas dos minutos, Lillo se la jugó de cinco y acertó el técnico en la estrategia, ya que Jorge Sánchez ponía el 6-5. Dicho gol hizo daño en el conjunto argamasillero, que además se quedó en inferioridad por expulsión de Madrigal por doble amarilla.
Con uno más sobre la pista y el riesgo que estaba tomando su oponente se benefició Josep para poner el 7-5 que parecía la sentencia, aunque aún faltaba la rúbrica que llegaba por mediación de Murillo a 14 segundos para el final y que suponía el definitivo 8-5.
